J.A. DE LA RICA
Introducción
Ventana primera. C02 y automóvil
Ventana segunda. La tecnología del ahorro
Ventana tercera. Historia del C02
Ventana cuarta. Las glaciaciones
Ventana quinta. El "cambio climático "
Ventana sexta. El C02 en la atmósfera
Ventana séptima. El efecto invernadero real
Ventana octava. Una cuestión de impuestos
Ventana novena. El PICC y los ecologistas
Ventana décima. Mirando al suelo
Ventana décimo primera. La oportunidad perdida
Ventana décimo segunda. Planeta verde
Respirar tranquilos
***INDICE***
Introducción
Ventana primera. C02 y automóvil
Ventana segunda. La tecnología del ahorro
Ventana tercera. Historia del C02
Ventana cuarta. Las glaciaciones
Ventana quinta. El "cambio climático "
Ventana sexta. El C02 en la atmósfera
Ventana séptima. El efecto invernadero real
Ventana octava. Una cuestión de impuestos
Ventana novena. El PICC y los ecologistas
Ventana décima. Mirando al suelo
Ventana décimo primera. La oportunidad perdida
Ventana décimo segunda. Planeta verde
Respirar tranquilos
El desarrollo es destructivo con el medio ambiente. Aceptemos este hecho como algo consumado y tomemos las medidas necesarias para contrarrestar nuestra acción, tan natural como destructora, de auténticas langostas.
La "Revolución de CO2' no es la que convierte a este gas en un contaminante, es la que repararía los danos del desarrollo, la que asumiría la plantación de miles de millones de árboles reforestando nuestro suelo, la que haría de nuestro planeta un mundo más verde sin renunciar al desarrollo.
El cambio climático no es tal como se está presentando a la sociedad un fenómeno científico, sino psicológico. No existe el "cambio climático": simplemente, el clima cambia. Cambia hoy, cambiaba hace 500 años, hace 1000 años y ha estado cambiando siempre.
Se ha buscado un culpable para ese cambio y se ha atribuido al C02 la responsabilidad del mismo. No es cierto, convertir al CO2 en un gas contaminante no tiene más objeto que justificar la creación de un nuevo impuesto por su generación.
Las elevadas tasas que se cobran al comprar gasolina o gas-oil son una fantástica fuente de ingresos para las Administraciones. En muy pocos años, los impuestos por el C02 emitido al utilizar esos combustibles, lo serán igualmente.
El CO2 es malo simplemente porque es necesario un pretexto para que una llueva y fabulosa fuente de impuestos pueda ser establecida y lo que es más importante aceptada por nuestra sociedad.