PABLO GIMENO VALLEDOR
La obra completa sobre la historia automovilística del Circuito del Jarama contará de cuatro tomos que serán:
* Tomo I. Nacimiento del circuito y grandes pruebas internacionales hasta 1992,
* Tomo II. Pruebas nacionales hasta 1992.
* Tomo III. Las fórmulas de promoción y los trofeos monomarca hasta 1992.
* Tomo IV. Pruebas el Jarama desde 1993 hasta 2010.
En el tomo IV aparecerá además el índice onomástico correspondiente a toda la obra.
* TOMO I. Nacimiento y desarollo del circuito y las competiciones internacionales hasta 1992.
El circuito del Jarama, que se encamina ya hacia su medio sigo de existencia y que nació gracias al entusiasmo y el buen hacer del Real Automóvil Club de España, fue durante casi dos décadas el único circuito permanente de España, por lo que durante un período clave del automovilismo de nuestro país, todos los campeonatos nacionales de velocidad, las grandes pruebas internacionales de todo tipo y las fórmulas de promoción, tenían en el Jarama el único trazado disponible sobre el que montar el calendario nacional, y esto sin contar las carreras motociclistas, tan numerosas o más que las de automóviles, las más recientes pruebas de camiones y hasta alguna carrera ciclista de alto nivel, sin olvidar las habituales reuniones de aficionados a los clásico deportivos, presentaciones de modelos, escuelas de perfeccionamiento de la conducción y un sin fin de actividades que hacen que el Jarama sea un patrimonio de nuestra historia del motor. De hecho hay muy pocos circuitos en todo el mundo, si es que los hay, que haya visto en su trazado un numero de pruebas comparables a las del Jarama.
En este primer tomo de la historia automovilística de este circuito hablamos de su nacimiento y de las grandes pruebas internacionales disputadas en el mismo hasta 1992, año que marca las bodas de plata del trazado madriileño desde 1967, el año de su inauguración oficial.
* TOMO II. Las competiciones nacionales hasta 1992.
En este segundo tomo de la historia del circuito del Jarama se describen las pruebas automovilísticas nacionales -y algunas internacionales de trofeos de promoción- que tuvieron lugar en el trazado madrileño entre 1967 Y 1992.
Al lector podrá sorprenderle el elevado número de competiciones de todo tipo disputadas en el mencionado circuito del que debemos recordar que, durante casi dos décadas, fue el único permanente de España. En cualquier campeonato nacional el número de pruebas disputadas en el Jarama duplicaba con creces a la suma de las todas carreras celebradas en otros trazados no permanentes como pudieran ser el de Montjuich mientras duró, Alcañiz, el nunca fiable Calafat, del que nunca se sabía si estaría o no abierto, y otros trazados provisionales y de vida efímera.
Hasta la apertura del Jarama el automovilismo español se centraba básicamente en las pruebas de montaña y en los rallyes. Desde que el trazado madrileño se puso en servicio empezaron a surgir varias generaciones de pilotos de velocidad que, en breve plazo, alcanzaron un magnífico nivel y que, en algunos casos, empezaron a salir fuera de nuestras fronteras, algo insólito hasta entonces. Las pruebas nacionales descritas en este segundo tomo de la historia del Jarama son por tanto muy "nuestras", las de nuestros campeonatos, nuestros coches y nuestros pilotos, de los que una buena parte eran simples aficionados que acudían con su coche «de calle» a disputar una prueba tras otra sin más fin que el de dar rienda suelta a su pasión.